Samsung fue fundada en 1938 por Lee Byung-chul en la ciudad de Suwon, Corea del Sur, inicialmente como una pequeña tienda de comestibles. En sus primeros años, la empresa operaba en el sector de alimentos y textiles, y rápidamente se expandió a otros negocios como la venta de fideos y productos de consumo, e incluso comenzó a involucrarse en la industria del transporte. El nombre de la empresa, «Samsung», que significa «tres estrellas» en coreano, representaba la visión de Lee Byung-chul de construir un negocio que fuera grande y perdurara, tal como las tres estrellas que brillan en el cielo.

Sin embargo, fue en la década de 1960 cuando Samsung comenzó a transformar su rumbo hacia la industria tecnológica. En 1969, la empresa fundó Samsung Electronics, una división dedicada a la fabricación de productos electrónicos. Inicialmente, se dedicó a la producción de productos como televisores, lavadoras y otros electrodomésticos, pero la verdadera expansión de Samsung en el ámbito tecnológico comenzó con su incursión en el mercado de los semiconductores. Durante la década de 1970, Samsung invirtió fuertemente en la investigación y desarrollo de tecnología avanzada, lo que le permitió establecerse como un jugador importante en la producción de microchips y otros componentes electrónicos. Este enfoque en la innovación tecnológica fue clave para que la compañía ganara terreno en mercados internacionales.

En las décadas siguientes, Samsung consolidó su presencia a nivel global, diversificando aún más su portafolio de productos y expandiendo su influencia en sectores como los teléfonos móviles, las pantallas de cristal líquido (LCD), los televisores de última generación y los electrodomésticos inteligentes. La empresa se posicionó como uno de los mayores fabricantes de teléfonos móviles del mundo, especialmente a partir de la década de 2000, con el lanzamiento de su línea de smartphones Galaxy. A lo largo de su historia, Samsung ha mantenido un compromiso con la investigación y el desarrollo, lo que le ha permitido liderar en innovación tecnológica y convertirse en uno de los conglomerados más grandes y poderosos de la economía global. Hoy en día, Samsung no solo es sinónimo de tecnología, sino que es un gigante global que abarca desde la electrónica hasta la biotecnología, la construcción y los servicios financieros.