En el juicio por la muerte del Diez, varios profesionales afirmaron que no era necesario operarlo del hematoma subdural. Esta versión contradice la decisión del neurocirujano Leopoldo Luque, quien sí ordenó la intervención.

Cinco médicos de la clínica Ipensa de La Plata declararon en el juicio por la muerte de Diego Maradona. Tres de ellos fueron contundentes: no era necesario operarlo por el hematoma subdural detectado en una tomografía. Esta postura contradice la decisión tomada por Leopoldo Luque, el médico de cabecera del exfutbolista, quien optó por derivarlo a la Clínica Olivos para una operación.

Los doctores Guillermo Burry, Marcos Correa y Martín Cesarini coincidieron en que el hematoma no representaba un riesgo y que Maradona se encontraba lúcido. Según detallaron, su estado no justificaba una intervención quirúrgica urgente. Esta evaluación fue compartida por el equipo médico de Ipensa tras realizar estudios y consultar especialistas.

Sin embargo, Luque decidió avanzar con la operación y coordinó el traslado del paciente. Según fuentes judiciales, tenía un vínculo estrecho con Maradona y era quien tomaba las decisiones médicas principales. Esa cercanía hoy lo pone en el centro de la escena judicial, bajo fuertes cuestionamientos por su accionar.

Mario Baudry, abogado de Verónica Ojeda y del hijo menor de Maradona, celebró las declaraciones y acusó directamente a Luque y a la psiquiatra Agustina Cosachov. Señaló que Maradona no recibía medicación para su corazón ni para su presión arterial, lo que agrava aún más el cuadro de supuesta negligencia médica.