En medio de la causa por presuntas coimas vinculadas a la droguería Suizo Argentina, un informe reveló el estilo de vida excéntrico de la familia Kovalivker: autos de colección, competencias en Europa, una chacra en Punta del Este y hasta libros de literatura erótica firmados por el patriarca.

Mientras avanzan las investigaciones judiciales por supuestos actos de corrupción que involucran a la droguería Suizo Argentina, la vida privada de los Kovalivker salió a la luz con un informe que expone su costado más ostentoso. La familia, encabezada por Eduardo Kovalivker, vive rodeada de lujos y autos de colección, con una fuerte presencia en el mundo de las competencias de élite en Europa.

Eduardo, de 80 años, es coleccionista de modelos clásicos de Ferrari y ha participado en rallies exclusivos como las 1000 Millas Sport de la Patagonia y el Tour Auto en Francia. Desde su chacra en La Barra, Punta del Este, cultiva una vida ligada a los autos de lujo y a la escritura: tiene varios libros publicados y hasta fusionó su pasión por los autos con la literatura erótica en una novela llamada Nueve novias para nueve Ferraris.

Sus hijos, al frente de la droguería, también heredaron la pasión por los motores. Jonathan Kovalivker, por ejemplo, se ha mostrado en redes sociales como coleccionista de Porsche, y uno de sus modelos más destacados es un 911 GT3 RS. Este nivel de exposición contrasta con el bajo perfil que habían mantenido hasta el escándalo.

La opulencia de los Kovalivker quedó bajo la lupa judicial y mediática, sobre todo tras los rumores que vincularon a un funcionario con el uso de uno de sus vehículos. Tal fue la repercusión, que el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, tuvo que desmentir que su primo “Lule” hubiera manejado una de las Ferrari del clan. La causa por corrupción pone ahora ese estilo de vida en el centro del debate.