En Las Vegas, durante la 26° edición de los Latin Grammy, el puertorriqueño Bad Bunny consolidó su liderazgo y los artistas argentinos marcaron un hito gracias a la presencia destacada de CA7RIEL & Paco Amoroso, que recibieron múltiples nominaciones y varios premios en la ceremonia Premiere.
La edición 2025 de los Latin Grammy se celebró en el emblemático MGM Grand Garden Arena de Las Vegas y tuvo al estadounidense-puertorriqueño Bad Bunny como su figura central, alzándose con el premio mayor de Álbum del Año tras partir como favorito con doce nominaciones.
Pero más allá del triunfo predecible, lo verdaderamente trascendente desde la perspectiva argentina fue el protagonismo sin precedentes de la música de ese país del Sur. CA7RIEL & Paco Amoroso lograron nada menos que diez chances de premio, lo que representa un salto cualitativo en su proyección internacional. Su actuación, estética y mezcla de lo urbano con lo alternativo consiguieron desplazar ciertas expectativas tradicionales y mostrar una Argentina musical cada vez más conectada con el circuito global.
La ceremonia de la tarde —la llamada Premiere— fue particularmente fructífera para los artistas argentinos, con cinco estatuillas para el dúo destacado, pero también para nombres como Fito Páez, Trueno, además de productores argentinos que no suelen ocupar ese espacio. En ese sentido, la noche funcionó como un mensaje claro: la música argentina ya no es observada desde lejos, sino como parte activa del mapa latino global.
Al mismo tiempo, la gala principal no estuvo exenta de anécdotas: interrupciones en la señal de transmisión, combinaciones de géneros (de Marco Antonio Solís con Karol G, de Fuerza Regida con Grupo Frontera), y momentos emotivos como el discurso de Bad Bunny, que llamó a “dar un abrazo a la persona que tienen al lado”. Con todo, la Argentina tomó nota, entendiendo que su momento está cerca y que solo se necesita mantenimiento en el impulso para consolidarlo.






