Esmeralda Mitre volvió a encender una polémica explosiva al acusar públicamente a Yanina Latorre de haber participado en un plan para internarla por la fuerza, privarla de su libertad y manipular mediáticamente su situación. Según la actriz, detrás del episodio hubo intereses económicos, maniobras familiares y una supuesta operación para desacreditarla.
Mitre asegura que todo comenzó cuando detectó irregularidades financieras dentro de su patrimonio y descubrió movimientos de dinero realizados fuera del país. Afirma que, tras esa sospecha, se habría montado un operativo destinado a trasladarla sin orden judicial, utilizando una ambulancia y personal contratado para llevarla a una clínica privada.
La actriz acusa directamente a Yanina Latorre de haber sido parte de ese esquema al difundir información falsa sobre su estado, e incluso sostiene que la panelista habría colaborado activamente con el entorno que organizó su internación. Mitre agregó que, al ingresar a su casa, encontró una silla de ruedas preparada como parte del supuesto operativo.
Desde el entorno familiar de Mitre afirman otra versión: que la internación habría sido gestionada como medida de urgencia ante un cuadro de vulnerabilidad emocional, y que la intervención estuvo debidamente respaldada. La disputa, aún así, escaló a niveles inéditos y reabrió el debate sobre los límites de la intervención familiar, la salud mental y el rol de los medios.
El caso ya generó repercusiones en todo el ambiente artístico y mediático. Más allá de quién tenga razón, la denuncia dejó expuesto un conflicto profundo donde lo personal, lo judicial y lo público se mezclan sin filtro, convirtiendo un drama íntimo en un escándalo nacional.






