Un violento temporal de viento en Santa Cruz dejó una escena tan sorprendente como preocupante: una vivienda en obra, construida con sistema en seco, fue literalmente levantada del suelo y arrastrada varios metros por las ráfagas extremas que azotaron a Caleta Olivia. El episodio, registrado en video por vecinos, se volvió viral y reabrió el debate sobre la resistencia de las edificaciones livianas frente a fenómenos climáticos cada vez más severos.

Las ráfagas superaron los 130 km/h y provocaron que la estructura —aún en etapa de ensamblado y sin anclajes definitivos— cediera por completo en cuestión de segundos. Testigos aseguran que primero se escuchó un golpe seco, seguido por el desplazamiento abrupto de la casa, que se desarmó mientras el viento la impulsaba sin ofrecer resistencia. Afortunadamente, no había personas dentro de la obra en el momento del incidente.

El temporal dejó además múltiples intervenciones de emergencia: techos arrancados, cables caídos, vehículos dañados y evacuaciones preventivas en distintos barrios. El municipio reforzó el pedido de evitar la circulación mientras se mantuviera la alerta, ya que las condiciones meteorológicas continuaban siendo críticas.

Más allá del impacto visual del hecho, especialistas señalaron que este tipo de episodios deja al descubierto la necesidad de revisar normas constructivas en zonas de alto viento, así como la importancia de instalar anclajes adecuados y prever refuerzos estructurales incluso durante las etapas iniciales de obra. En un contexto donde los eventos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes, la prevención se vuelve una cuestión central para la seguridad urbana.

La secuencia registrada en Santa Cruz se convirtió rápidamente en un símbolo de la fuerza del temporal y en un llamado de atención para autoridades, constructores y vecinos de toda la región patagónica.