Ubicada en el barrio de San Telmo, la calle Defensa alcanzó recientemente la distinción de figurar entre las 31 calles más “cool” del mundo, según la revista Time Out, que la posicionó en el lugar 24. Este salto hacia la visibilidad internacional marca un momento clave para su transformación urbana y cultural.
La vía histórica conecta dos hitos emblemáticos de la Ciudad: la Plaza de Mayo y el Parque Lezama. Durante décadas fue escenario de la tradicional feria de San Telmo todos los domingos, de casas antiguas, de restaurantes clásicos y de anticuarios. Pero en los últimos años ha permeado una renovación: cafés modernos, estudios de diseño, bares de coctelería y emprendimientos independientes han modificado el paisaje sin borrar por completo la esencia del lugar.
El informe de Time Out valoró no sólo la oferta funcional de la calle —bares, restaurantes, tiendas— sino también el sentido de comunidad que se respira: la mezcla entre vecinos históricos, visitantes y emprendedores que encuentran allí un espacio de encuentro. El dato inmobiliario complementa la historia: el valor promedio de venta en el barrio es de US$ 2.149 el m², pero en la calle misma podría alcanzar US$ 2.300 el m², un ejemplo del “premium” que se paga por ubicación con identidad.
Este tipo de reconocimiento abre caminos: potencia el turismo barrial, anima nuevas inversiones comerciales, e invita a la reflexión sobre cómo conservar el carácter auténtico de un lugar ante su propia popularidad. En un contexto urbano globalizado donde muchas “calles cool” pierden su espíritu por la homogeneización, Defensa resulta un caso de estudio sobre cómo competir globalmente sin dejar de ser “local”.






