En medio de la temporada alta del dengue, el Gobierno porteño junto a autoridades del Gran Buenos Aires anunciaron una campaña masiva de vacunación gratuita contra la enfermedad, en un intento de frenar brotes y fortalecer la inmunidad colectiva. La iniciativa representa una acción preventiva de alto impacto, en un contexto donde el virus ya mostró circulación en varias jurisdicciones.
El plan sanitario cubre a residentes de CABA y zonas del GBA mayores de 12 años, ofrecido sin costo en centros de salud públicos y convocando a personas que no presenten contraindicación. Las autoridades insistieron en que, aun quienes tuvieron dengue pueden beneficiarse de la dosis, tras una evaluación médica.
Los especialistas en salud pública destacaron que esta medida es clave para evitar saturación hospitalaria durante el verano, cuando el calor y las lluvias favorecen la multiplicación del mosquito transmisor. Además, sostuvieron que la vacuna, combinada con campañas de prevención, representa una estrategia integral: inmunidad + control ambiental.
El sistema de turnos —organizado a través de plataformas oficiales— busca ordenar la demanda y evitar aglomeraciones. Las autoridades recomiendan sacar turno lo antes posible, y recordar llevar DNI y, si corresponde, autorización de tutor si se trata de menores.
El anuncio genera expectativas: para muchos porteños, representa alivio ante una preocupación epidemiológica creciente; para el sistema de salud, una oportunidad para contener el contagio temprano y reducir riesgos. Pero también abre dudas sobre la cobertura real, la logística en zonas periféricas del GBA y la necesidad de una comunicación efectiva para alcanzar una alta tasa de vacunación.
La campaña —gratuita y accesible— puede convertirse en un hito de salud pública: si logra un alcance masivo, podría reducir considerablemente la circulación del virus y evitar crisis sanitarias. Todo depende de la colaboración ciudadana, la organización estatal y un compromiso real con la prevención.






