El presidente del club afronta un año decisivo, con la competencia continental como eje central de su gestión.

El 2026 aparece como un año clave en la gestión de Juan Román Riquelme al frente de Boca Juniors. Con la Copa Libertadores como principal objetivo, el club buscará dar un salto de calidad que respalde el proyecto deportivo iniciado en los últimos años.

Desde la dirigencia reconocen que se trata de una oportunidad determinante para consolidar la identidad futbolística y responder a las expectativas de los hinchas, que reclaman protagonismo internacional. El armado del plantel y las decisiones estratégicas estarán directamente ligadas a ese desafío.

El calendario apretado y la exigencia deportiva obligarán a Boca a sostener regularidad durante toda la temporada. La Libertadores será el gran termómetro del ciclo: un buen desempeño podría fortalecer el proyecto, mientras que un nuevo traspié reabriría el debate interno sobre el rumbo institucional y futbolístico del club